Merlín, es conocido también como Merlyn… Gran amigo… Mi maestro… os dejo con sus encantos, palabras puras de su benigno hechizo:
Antes de que el águila pueda volar,
El mago debe pintar el cielo matutino;
Cuando el águila esté en el cielo,
El mago debe situar las estrellas en lo alto;
De la raíz a la corona el árbol del mago
Da hojas y frutos para liberaros.


Podéis pensar que hablamos crípticamente, poéticamente. Pero no: frotaos los ojos nuevamente, escuchad más cuidadosamente con vuestros oídos. Escuchad el viento soplando en los árboles de vuestras colinas y valles coronados de estrellas. ¿No es allí donde habréis de hallarnos a nosotros, las voces de Merlín? Porque así sucedió en el mundo perdido de Procyon, donde la inteligencia y la belleza están depositados en una floresta de árboles siempre cambiantes.
Entonces nosotros los magos, con el poder otorgado por mí, Merlín, el primero en dejar el árbol, nos atenemos a nuestras leyes, a nuestros conocimientos, y estos conocimientos debemos llevarlos a los mundos perdidos para que puedan ser hallados nuevamente. Escuchadnos, porque poseemos la lengua del dragón. Nuestra constancia liga el espíritu a todas las cosas. En nuestro núcleo atemporal, somos los transformadores de la muerte y los que recuerdan la perdurabilidad. Nuestros mundos y encantamientos mágicos abren los corazones y revelan las verdades de la lealtad. Con el cetro del Espejo de Cristal, mostramos a cada uno que lo requiere el orden afinado de su propia verdad reflejada.